Como cada fin de mes, desde hace 29 años, Carlos Alva Jara recibirá su boleta de pago de la Municipalidad Provincial de Trujillo con descuentos y retenciones para su AFP. Antes de graduarse como abogado, ser asesor legal en la municipalidad y enviar cerca de S/250 mensuales a la incierta promesa de una jubilación, Carlos fue cajero y conserje.
Conoce en primera persona lo que significa ajustar el bolsillo mes a mes y teme que su jubilación lo regrese a como empezó en sus veinte.
Carlos, con 55 años y un diagnóstico de diabetes, trabaja desde las siete de la mañana en el comedor de su casa. Envía informes legales, responde escritos y atiende consultas del público por teléfono. Además, como lo hace desde su juventud, mantiene una activa vida sindical. Es presidente de la Confederación Intersectorial de Trabajadores Estatales (CITE) y presidente fundador de la Asociación Nacional de Trabajadores Afiliados a las AFP (ANTRAFAP).
En diez años podría jubilarse, pero está convencido de que, al hacerlo, la pensión no le alcanzará para cubrir sus gastos básicos. Además explica que las comisiones que le cobran son muy altas. Afiliado a Profuturo AFP, Alva paga a la compañía el 1.69% de su sueldo cada fin de mes como comisión. Cabe recordar, además, que desde 2013, parte de los afiliados pagan una comisión calculada no solo sobre su sueldo, sino también sobre su fondo acumulado: una comisión mixta.
Alva ha representado la voz de los afiliados desde 2012. Ha dictado charlas y talleres sobre el tema y a través de la ANTRAFAP ha impulsado la ley que permitió la entrega de hasta el 95.5 % de fondo individual. Sin embargo, al igual que los más de 7 millones de afiliados al sistema, desconocía que junto con las comisiones que considera excesivas hay una más que se resta de su jubilación casi a escondidas; y que acá revelamos como parte de la investigación regional ‘A dónde va mi pensión’.
La comisión extra que pagas sin saberlo
En Perú las AFP mantienen un gasto casi secreto mediante las llamadas ‘comisiones fantasma’: una especie de peaje invisible cobrado por administradoras extranjeras al fondo de ahorros de los afiliados.
Si bien todos los meses las AFP reducen un porcentaje de los sueldos y/o del fondo acumulado por administrar las pensiones, cuando invierten en fondos especializados del extranjero, estos cobran comisiones adicionales. Algunas las asumen las AFP, pero otras corren a cargo de los trabajadores.
La Ley del Sistema Privado de Pensiones permite que las AFP carguen los gastos operativos a los afiliados cuando las administradoras invierten en fondos mutuos o mutuos alternativos del exterior. Estos no son otra cosa que conjuntos de capitales administrados por sociedades foráneas, las cuales hacen rendir dicho dinero mediante diferentes instrumentos financieros (bonos, acciones, derivados, etc).
¿Es usual que las AFP hagan este tipo de inversiones? Según la Composición Específica de las Carteras Administradas por las AFP que publica la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS), a diciembre del 2020, solo un poco menos de la mitad (43%) del fondo de pensiones total está invertido en fondos mutuos del extranjero.
A la fecha señalada, están comprometidos más de S/71.000 millones en esta clase de inversiones. La que más apuesta por este tipo de fondos es la AFP Integra. Mientras que el fondo tipo 3 —el más arriesgado y el que recomiendan a afiliados hasta los 45 años— de la AFP Profuturo es el que mayor porcentaje envía a los fondos mutuos del extranjero (57.83%).
No todo lo invertido afuera paga ‘comisión fantasma’, pero el monto desembolsado es considerable. Entre los años 2016 y 2020, las AFP pagaron más de S/1.673 millones a las administradoras extranjeras con los ahorros de los afiliados, según informó la SBS a este medio a través de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Este monto equivale a más del 70% de lo registrado en ganancias netas por las AFP durante esos mismos años.
La Superintendencia calcula esta comisión en base al TER (Total Expense Ratio), un concepto que toma en cuenta los diferentes tipos de gastos que implica invertir en los fondos extranjeros.
Estas millonarias comisiones estimadas a partir del TER son pagadas con el dinero de los afiliados sin que estos sean informados, ni consultados. Es como costear nuevas comisiones a un broker en el extranjero con la inusual particularidad de que no decides a quién le pagas ni cuánto pagas.
Estas comisiones sirven para cubrir los ‘Gastos de Gestión’, ‘Gastos de Distribución’ y ‘Otros Gastos’ del fondo extranjero. Es decir, son pagos por manejar las inversiones, incluso con la posibilidad de pagar una comisión de éxito, y por publicidad y marketing que ayuden a incrementar el valor del fondo mutuo en el mercado. También para cubrir gastos logísticos propios de la gestión del fondo como trámites, servicios legales y contables, etc.
“Esto es una práctica mundial”, comenta Enrique Díaz, expresidente de la Comisión Nacional Supervisora de Empresas y Valores (hoy Superintendencia del Mercado de Valores) y exsuperintendente adjunto de la SBS, al revisar lo informado por la Superintendencia.
“Hay quienes han reclamado y han dicho ‘oye, yo te pago por administrar, ¿por qué tengo que pagar a dos administradores?’. Ya le pagué a la AFP y ¿encima le tengo que pagar al otro administrador?», reflexiona Díaz, y plantea la posibilidad de que la AFP asuma los gastos. «Entonces, como le va a doler el bolsillo, va a tener que buscar el costo más eficiente posible”.
Sin embargo, en opinión de Carlos Rojas, socio fundador de la banca de inversiones CAPIA, una medida así implicaría riesgos. “Hay ciertos gastos operativos que sí tienen que ser asumidos por el fondo, por ejemplo, la auditoría [contable] porque imagínate que el mismo manager, la AFP, asuma estos gastos. La independencia se quiebra”, sostiene.
Además, continúa Rojas, la comisión de éxito de los fondos mutuos alternativos puede ser tan alta que sería “impagable” para las AFP porque reducirían sus ganancias en el mediano y largo plazo, y las alejaría de estas opciones de inversión que son uno de sus puntos fuertes.
Ambos especialistas, sin embargo, coinciden en la necesidad de un paso previo antes de entrar a este debate: que los afiliados puedan conocer, mediante reportes entregados por las administradoras, la precisión de las comisiones pagadas con su dinero por cada inversión.
Este medio buscó la opinión de la Asociación de AFP (AAFP) que en un primer momento se limitó a enviar una breve respuesta por escrito argumentando, entre otras cosas, que estas inversiones “han sido favorables para los afiliados otorgándoles acceso a mercados que benefician significativamente a los fondos en términos de rentabilidad y diversificación del riesgo”.
Insistimos por una entrevista con cada empresa administradora sobre estas opacas comisiones. Sin embargo, la mayoría nos volvió a remitir con la asociación. A puertas del cierre de edición, finalmente la AAFP nos derivó con el gerente general de la AFP Integra, Aldo Ferrini.
Ferrini acepta la falta de topes y que estas son cobradas incluso cuando el fondo mutuo da pérdidas. Se muestra de acuerdo con transparentar “los reportes que enviamos de estos gastos a la Superintendencia [SBS]”. Y agrega: “Eso sí, no creo que el afiliado tenga la capacidad de decidir en qué fondo invertir su portafolio. Al ser una persona individual no podría tener acceso a estos managers”.
La falta de transparencia y límites sobre estos gastos otorgan total poder a las AFP para aceptar pagar —con el dinero de los afiliados— comisiones que pudieran ser altísimas. En cambio, en Chile, donde nació el modelo de las AFP, la Superintendencia de Pensiones ha normado estos pagos desde el 2002.
Hace casi 20 años las autoridades chilenas pusieron techo a las comisiones que se pagan a fondos mutuos extranjeros. Se definió incluso que “los excesos que pudieran existir por sobre las comisiones máximas de intermediación deben ser pagados por las AFP”.
¿Por qué vieron necesario limitar y transparentar este tipo de comisiones?, preguntamos a la Superintendencia chilena.
“Existía una marcada preferencia por realizar las inversiones en el extranjero mediante tales vehículos de inversión, los cuales se caracterizan por tener comisiones implícitas en el precio de tales instrumentos, de modo que si tales comisiones eran excesivas, podían implicar una menor rentabilidad neta [para los trabajadores]”, responden por escrito. Y agregan que un objetivo importante del cambio normativo fue “entregar mayor transparencia a los afiliados, debido a que estas comisiones implícitas (…) eran una excepción en materia de comisiones”.
En Perú sucede lo contrario. Estas comisiones corren sin control. La SBS, a pesar de los múltiples intentos, no respondió a las preguntas que hizo este medio para este reportaje.
Si bien en los últimos años estos fondos extranjeros han tenido un rendimiento positivo, también han tenido sus onerosas excepciones. En 2018, por ejemplo, la rentabilidad obtenida por los fondos mutuos del exterior fue casi de -S/6.000 millones, una pérdida a pique. Mientras que en ‘comisiones fantasma’ se pagó a los fondos mutuos aproximadamente S/383 millones.
Las ‘comisiones fantasma’ a los fondos mutuos nunca se dejan de pagar, generen ganancias o pérdidas, ¿es justo?
“Hay un servicio adicional […] hay que tener una serie de licencias y autorizaciones, hay un costo de todas maneras para que te den ese servicio”, comenta Enrique Díaz. Sin embargo, también apunta que “alguien te podría decir coloquialmente ‘vayamos a medias, yo no me tengo que mojar como afiliado al 100% por ese costo porque te estoy pagando a ti y si tú tienes que subcontratar parte del servicio, veamos de compartir esto’”.
Aldo Ferrini explica que, durante los meses en que la rentabilidad es negativa, el porcentaje cobrado es calculado en base a la inversión misma. “Si en el tiempo tu fondo crece, ellos cobran más, si tu fondo decrece, ellos cobran menos; pero igual te cobran porque igual gestionan”, indica.
Sobre la opción de que estas comisiones no sean cargadas totalmente a los afiliados, el gerente de AFP Integra fue tajante: “No tenemos interés en pagar un centavo más de lo que se debe pagar. Yo considero que tiene que ser asumida por el fondo administrado […] toda la rentabilidad es del afiliado, toda la ganancia es del afiliado. Si todo el gasto lo asume el gestor, habría incentivos para no invertir”.
En Chile, donde nació el adjetivo de “fantasmas” para estos gastos, tampoco han logrado resolver el dilema.
Hace dos años una investigación de la Fundación SOL, publicada en El Mostrador, reveló que —entre 2004 y 2017— $5.000 millones de los fondos de los jubilados se fueron en comisiones a gestores de los fondos mutuos en el extranjero. Desde entonces, ciudadanos y parlamentarios emprendieron medidas legales e incluso judiciales para evitar estos cobros. Volviéndose uno de los principales puntos de discusión pública y académica sobre la reforma de pensiones.
Recaredo Gálvez, investigador de la Fundación SOL que participó del informe sobre las ‘comisiones fantasma’, explica por qué bautizaron así a esta clase de pagos.
“Es una comisión que paga la AFP a los traders, a las empresas que en el fondo están manejando los títulos en el extranjero. Esta comisión se llamó ‘fantasma’, porque las personas no la conocían. El discurso en las últimas décadas era que uno pagaba una comisión a la AFP, y ahí acababa todo. Pero esta comisión de intermediación se calcula en base a un porcentaje del fondo administrado, en ese sentido, significa que las personas la están pagando directamente de su ahorro individual”, describe Gálvez.
Luego de su publicación, la Superintendencia de Pensiones chilena obligó a las AFP a publicar las comisiones pagadas por los Fondos de Pensiones y sus Administradoras por la inversión en fondos extranjeros.
No obstante, dice Gálvez, esto no se cumple a cabalidad y nos muestra algunas páginas donde dan información básica o explicaciones generales. Hasta hoy, cuenta el investigador chileno, “es imposible visualizar individualmente el pago preciso que se hace de los ahorros a los fondos extranjeros”.
A diferencia de Perú, donde recién estamos iniciando el debate sobre la reforma integral del sistema de pensiones, en Chile la discusión está en curso y apunta a eliminar las ‘comisiones fantasma’. Así se estableció en el proyecto ley de reforma previsional que aprobó la Cámara de Diputados. Sin embargo, la última palabra y votación la tendrá el Senado en los próximos meses.
Por lo pronto en Perú, el proyecto de ley presentado en enero de este año para reformular el sistema de pensiones privadas no contempla este punto en específico. Probablemente porque los congresistas lo desconocían —al igual que los casi 8 millones de afiliados— hasta ahora.
Las administradoras, por su parte, han inundado la televisión con publicidad para desacreditar la propuesta de reforma, que contempla la integración del sistema público y privado. El corazón del problema radica, justamente, en lo que revelan las ‘comisiones fantasma’: la ausencia de transparencia, decisión y poder que sufren los afiliados sobre el dinero de su futura jubilación.