A poco tiempo de alcanzar su pensión, Alexandra Sánchez Abarca recibió una mala noticia: la empresa para la que trabajaba estaba destinada a cerrar sus puertas. Tras 28 años de trabajo en el Banco Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito), el ahora difunto banco estatal empezó a debilitarse y a liquidar a sus empleados.
En ese momento, Alexandra estaba cerca de pensionarse, pero le faltaban 44 cuotas para alcanzar el mínimo requerido por el régimen básico, en su caso el de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM), administrado por la Caja Costarricense del Seguro Social.
Ella valoró dos caminos: pensionarse de forma anticipada o inscribirse como una trabajadora independiente para cumplir los requisitos que le faltaban para la pensión ordinaria.
El primer camino no le sonó tan atractivo. La Caja permite acogerse a la pensión con menos edad y menos cuotas, pero castiga el monto de la pensión.
“Si yo pensionaba antes, como me faltaban esas cuotas, me iban a castigar un 33% más y valorando el esfuerzo, no me convenía”, recordó.
La segunda vía implicaba más años de espera y esfuerzo, mientras cumplía la edad y las cuotas mínimas, pero fue la elegida porque le garantizaba una mejor pensión.
Han transcurrido más de tres años desde que dio este paso, pero la meta está más cerca. A partir de enero del 2021 oficialmente se pensionará del régimen básico y de la pensión complementaria (ROP).
En Costa Rica, los trabajadores deben cumplir con los requisitos del régimen básico, para obtener el ahorro del ROP. Esta última se creó en el 2000 para robustecer la cantidad de dinero que reciben los jubilados.
“Yo sabía que eso no lo podía tocar, que era un fondo que tenía para el complemento de la pensión”, aseguró.
El ROP no está abierto para trabajadores independientes, por lo que en los años recientes Alexandra no pudo robustecer su pensión complementaria. Aún así, tiene el derecho de obtener el ahorro que acumuló en el este fondo durante los 28 años como asalariada.
“Mi meta con ese dinero es sobrevivir, porque a como está la situación, no es para lujos, sino para mantenerse con una vida digna y de vez en cuando darse un gustito”, explicó.
Una vez pensionada, su ingreso será de un 60% respecto a lo que recibía como trabajadora.