Berkys Colón, 63 años. Santo Domingo, República Dominicana

“El David que venció a Goliat”

por | Jun 28, 2021

Esta historia fue realizada con el apoyo del Pulitzer Center on Crisis Reporting y el Instituto de Prensa y Sociedad.

Berkys Colón tiene 63 años y Parkinson. El número a la inversa son los años de matrimonio junto a Rafael Lamarche, el joven de quien se enamoró a través de lecciones ocasionales de matemáticas cuando ambos eran estudiantes en el liceo, y el hombre testarudo y persistente que muchos años después libraría por casi una década, una batalla legal en los tribunales dominicanos para lograr que recibiera una pensión por discapacidad.

Corría el año 2004 —y el sistema de pensiones contaba con apenas un año de haber iniciado— cuando Berkys renunció a su trabajo en una multinacional, a causa de la enfermedad que ya comprometía el 60 % de su cuerpo. Era un 30 de julio, su cumpleaños. En ese momento, relata Lamarche, las comisiones médicas aún no estaban conformadas, “las aseguradoras y las AFP actuaban como juez y parte”. 

Afiliada desde el 2003 a la AFP Popular, había cotizado 18 meses en el nuevo sistema. Cuando Lamarche solicita la pensión por discapacidad se encuentra con una desagradable sorpresa: es denegada. ¿La razón? Preexistencia de la enfermedad.

“Yo entonces me asesoré con un par de abogados, conocidos, amigos, y ambos coincidieron con el planteamiento mío: que eso era abusivo, que era violatorio a la ley”.

Transcurrieron casi 7 años de intensa lucha, de idas y venidas a los organismos estatales del sistema de pensiones —en los que la figura de Rafael Lamarche se volvió harto conocida y fastidiosa— para que al fin, en el 2010, le fuera reconocida la pensión de un 60% del promedio de su salario y un retroactivo por los años perdidos, no sin antes descontarle más de 240 mil pesos (4,116 USD), para los aportes a la Seguridad Social, de la cual, por supuesto, no disfrutó durante esos años.

Pero había algo más escrito en “letras pequeñas” y al margen de la ley: un contrato póliza aprobado en agosto de 2006 por la Superintendencia de Pensiones (SIPEN), que fijaba el límite de los 60 años para la pensión por discapacidad.

Aunque pareciera insólito, Rafael Lamarche estaba de vuelta en los tribunales. Esta vez, mediante un recurso de amparo al Tribunal Constitucional, y casi 3 años después, logró nuevamente la restitución de la pensión de Berkys con la sentencia TC 0051-20, la cual esgrime como una conquista, no solo suya, sino de todos los trabajadores bajo el esquema de las AFP.Lamarche, ahora hecho así mismo un experto en seguridad social, ayuda gratuitamente a otras personas que como él y Berkys se han dado de bruces con una burocracia despiadada.