Los ahorros de los trabajadores salvadoreños se han utilizado por años en inversiones que no dejan ni por cerca ganancias suficientes para tener una vejez digna. Esto se debe a las tasas bajas que ha pagado el Estado con los Certificados de Inversión Previsional, que siguen concentrando el 58 % de los fondos, pero también al tamaño del mercado de valores y a las limitaciones legales para hacer mejores inversiones en el extranjero. Las AFP no se ven afectadas pues sus retornos son los más altos entre las administradoras privadas de pensiones de la región.
Raquel, 58 años. El Salvador
Una condena a morir en el trabajo: la historia de Raquel